Un peculiar descubrimiento...

Dos días... Dos molestos días atravesando una zona que sin duda estaba llena de enemigos, su única compañía... Un pequeño Youkai que parecía un peluche, en aquel momento volaba por el cielo nocturno con aquella forma bestial, su negro pelaje se confundía con el negro del cielo haciendo destacar sus hermosas alas. En un abrir y cerrar de ojos, aquel felino de gran tamaño tomo la forma de una joven de largos cabellos azulados con unos ojos violetas que resaltaban con la noche.

Lentamente aun a una gran altura fue descendiendo poco a poco, acompañada de su fiel mascota, algo había llamado su atención, camino por el sendero del bosque, se encontraba en su región natal, el lugar donde había nacido, esto le traía recuerdos amargos y otros felices, pero el único que asaltaba su mente con gran eficiencia era el de la masacre de su familia.
Su mirada se oscureció, Spinel-Sun se aparto un poco de su dueña con algo de temor, Frederica parecía un ser bastante amable y dócil a simple vista, pero aquella ternura podía cambiar en un abrir y cerrar de ojos, cosa que sabía perfectamente aquella criatura, una péquela luz se apodero de los ojos de la joven, estos brillaron de una forma bastante extraña, estaba molesta... Un desagradable olor invadió sus sentidos, miro en dirección al lugar de donde provenía y desde las alturas miro con una mueca de disgusto la manada de cadáveres que allí se encontraban, un extraño brillo llamo su atención.

Aterrizo en el suelo de aquel podrido lugar, se acerco hasta el cadáver de lo que parecía ser un Daiyoukai derrotado, pudo deducir por la cantidad de cadáveres de monstruos agrupados a su alrededor que intentaban conseguir algo de él, se acerco mas, sin ninguna clase de asco o intento de respeto por aquella bestia que se encontraba con su forma humana, noto como aquel extraño poder emanaba de su mano que se encontraba presionada con fuerza, como si intentara apegarse a ella para sobrevivir, lo miro más de cerca y se percato de su cuerpo, que a pesar de ya haber muerto seguía intacto, toco la mano del Daiyoukai y la abrió ejerciendo algo de fuerza, un brillo la cautivo, sentía que algo la llamaba, tomo aquella pieza y los restos del demonio se desvanecieron en un abrir y cerrar de ojos.

Aquello no podía ser normal... Cuando tomo el cristal sintió una extraña aura, recordó entonces los relatos que se oían cerca de las regiones acerca de una perla capas de conceder cualquier deseo y que esta había sido rota en más de 100 fragmentos, sus ojos se abrieron de par en par, no podía creer que tuviera ahora posesión de uno de ellos, que por cierto, tenía un gran tamaño pero nada comparado con el original, después de todo, era solo una parte de los otros 99 fragmentos. Lo siguiente que hizo fue colocarlo en su lazo que se encontraba en el cuello de su vestido, soltó un gran suspiro y sintió como su fuerza se incrementaba de sobremanera, pero un pensamiento asalto su mente.

-“¿Por qué...? Esto es absurdo, nunca antes tuve interés en esta joya... ¿Por qué ahora siento deseos de conservarla?...”-Se pregunto con una mirada algo angustiada y seria, alzo su vista de nuevo hacia aquel montón de demonios, imagino una escena parecida con ella misma siendo atacada por demonios por aquel fragmento de la perla de Shikon, eso no significaba que tuviera miedo, era algo mas, solo que no estaba segura de saber lo que era, pero no, ella no conservaría este fragmento para hacerse más fuerte, era por otra cosa, algo más importante que el absurdo y caprichoso deseo de ser poderoso, pero tampoco conocía la respuesta a esa pregunta, entonces una extraña sonrisa de ironía se apodero de sus labios...

-Dicen que las personas con menos interés en los tesoros son las primeras en encontrarlos... ¿No te parece Spinel?-Murmuro riendo un poco, escuchando la respuesta de su pequeño amigo, esta sonó como una especie de maullido, pero la cara del animalito reflejaba algo de preocupación-Al menos me divertiré un rato, lo que sea para escapar del aburrimiento-Volvió a decir, el Youkai se poso en su hombro y agacho la mirada, Frederica ignoro ese hecho y comenzó a caminar en dirección opuesta al lugar.

{Cambio de Escena}