Suspiros de melancolía.

No llevaba deasiado tiempo en aquel lugar extraño.
Por historias que me habían sido relatadas parecía tratarse del pasado. Aunque...cómo era posible continuaba si ser resuelto. Más aún mi nueva vestmenta y aquella sensación extraña dentro de mi cuerpo. Un brillo, una energía... algo... que no podía describir.
Sentada enla hierba contemplaba la hilera de casas de adobe y paja. Mis collares y artezanías desplegados frente a mí, habían logrado mantenerme con vida, otorgndo algo de sustento mediante la venta de los mismos.
No debía olvidar que siempre me había considerado extraña. De pequeña, contaba mi madre, siempre lloraba horas antes de que se desatase una tormenta y caía enferma las noches sin luna, como si entrara en un coma misterioso, que se desvanecía entrada la mañana.
Estando aquí, y según mis cálculos, no faltaba demasiado para mi primera noche sin luna... Sería esa misma.
Debía prepararme, no sabía qué me sucedería estando en un lugar como aquel.
Mi primera prioridad, era encontrar un comprador para poder obtener algunas monedas y conseguir un hospedaje. Algún sitio dónde pudiese desvanecerme, y permanecer segura.