Ayudando

Me habían llegado rumores que en una aldea del oeste estaba siendo constantemente atacada por youkais. Al no quedarme de otra emprendi el camino a dicho lugar y como habían dicho el lugar estaba casi destruido,niños lastimados,tumbas.
Avance lentamente mirando todo,buscando a alguien para poder hablar. A lo lejos observe a algunos aldeanos tratando de arreglar las casas.
_disculpen he venido a prestar mis servicios_le dije al grupo de personas tranquila,no me gustaba ir con rodeos
_muchas gracias,es usted muy amable,lamentablemente la miko de aquí murio y desde entonces estamos siendo continuamente atacados_respondio un hombre triste

Yo solo asentí con la cabeza y di la vuelta,para poder ver mejor el lugar

Había pasado un día desde la noce sin luna... Mis fuerzas habían regresado, aunque aún me encontraba muy pálida. Una cueva vacía había servido para refugiarme en mi noche de debilidad.
Ahora me encontraba en un camino poblado por gente desgraciada.
No tenía rumbo y poco me faltaba para desmayarme.
Las fuerzas que había recuperado no eran suficientes. Hacía días que no probaba bocado alguno y las pocas artesanías que me quedaban no se venderían solas.
De repento, los ojos de una muchacha se fijaron en mí.
Mantuve su mirada durante un instante, antes de caer de rodillas sobre la tierra seca, totalmente conciente, pero incapáz de pronunciar palabra alguna, por la sequedad de mi garganta.

Fuí caminando hacía un pueblo, ya que no sabía donde ir. Makako salió corriendo de mi ropa y yo le seguí. "Pero donde irá este mono ahora?" me pregunté, y vi que iba al lado de una chica en el suelo.
P-perdone! Esta usted b-bien? pregunte a la chica temerosa, y vi que no podía hablar ya que tenía la garganta muy seca y parecía hambrienta, así que le dí comida y agua.
Miré a una miko que había, y pedí su ayuda.
D-disculpe! P-podría ayudarme? la pregunté temblando, ya que no se me daba bien hablar con gente nueva, y apreté el fragmento de esfera que guardaba en mi bolsillo.

La comido se deshacía en mi boca y el agua refrescaba mis labios. Tal era mi placer que poco me importó agradecer los víveres, no noté de dónde venían, sólo su textura y su sabor. Levanté el rostro y allí se encontraba la muchacha que me había ofrecido su generosidad. Le sonreí.
_No es necesario, no estoy enferma no debes molestar a la sacerdotiza.... estoy bien, mis fuerzas regresan, de a poco... _ Comencé a ponerme de pie...
Era momento de agradecer y de presentarme... Muchos aldeanos se impactaban con mi apariencia, cuestión que poco comprendía en lo personal...
Pero una anciana me había llamado espíritu mientras se alejaba presurosa.
Lo único que sabía era que las extrañas descargas que en ocsaiones emanaban de mi cuerpo y mis ropas antiguas debían tener alguna relación con mi pasado...
_Le agradezco mucho por la comida, mi nombre es Kaguya Hyme, encantada de conocerla... Su nombre es..._

Me asusté cuando me preguntó mi nombre, yo no estaba acostumbrada a hablar con mucha gente. Mi mono me estiró del pelo para que contestara.
Y-yo me llamo Yobara Fumie! M-mucho gusto! dije haciendo una reverencia y bajando la cabeza.
Miré la ropa de la chica. Era curiosa. Pero esta chica sería humana, no? Claro, no distinguía bien entre cual era cual.
Makako me volvió a estirar el pelo para que le preguntara a la chica.
Si! Si! Mono estúpido! Para de tirarme del pelo! y me lo guardé entre la ropa.
U-usted q-que es? le pregunté otra vez tartamudeando.

La muchacha se presentó de una forma bastante simpática, así como lo era el dulce monito que bailaba sobre su hombro, al cual acababa de esconder entre su ropa.
¿Qué qué era? Por lo pronte creía ser un ser humano, pero cómo explicarle que tenía algún tipo de relación con ese pasado, que seguramente estaría encarnando alguna persona o ser que hubiese sido alguna vez. Cómo explicar que en ocasiones manifestaba tormentas de energía estática a mi alrededor, que si me enfurecía las cosas volaban por doquier, que en las noches sin luna caía en un trance letárgico y que por el contrario, las noches de luna llena siempre parecía resplandecer más de lo habitual?.
No me creería si le dijera que venía de un tokio futuro, no me creería si supiera que mi vestimenta solía ser el de una colegiala.
_La verdad, soy una humana. Sé que por aquí rondan espíritus y demonios... pero puedes estar tranquila que no soy uno de ellos o, al menos... eso creo. Si no te ofende ¿puedo hacerte la misma pregunta? No viene mal asegurarse por si acaso_ Lancé una sonrisa amigable aguardando su respuesta. Había tanto que necesitaba contarle... a alguien- Algún amigo, algún confidente. Sólo ganando su confianza y demostrando que yo era de fiar, podría pedir su ayuda para descubrir quñe demonios me sucedía...

Esta chica me cayó muy simpatica. Yo decidí ser sincera con ella, así que simplemente respondí:
Hay! Y-yo soy humana, vengo de Tokyo... Claro, u-usted no lo conocerá... o aun no... Bueno! Que vengo d-del futuro! Y no estoy loca... afirmé por si acaso. Cada vez que lo decía me gritaban "Demonio!" o me decian que estaba loca.

No podía creer lo que escuchaba. Sencillamente nos encontrábamos en la misma situación. Parecía de confianza, no tenía el aspecto de demonio que usualmente se veía en los alrededores.
_ Te creo, pero en realidad porque en mi caso es igual. Vengo de Tokio como tú._
Hice una pausa. ¿Qué más decir?
_¿Cómo se regresa? ¿Ya lo has hecho? Tenía la sospecha de encontrarme en la época feudal, pero no estaba segura de cómo he llegado_

Me sorprendí. ¿Ella también era de Tokyo? Increible! Me preguntó como volver, y yo la respondí.
En la aldea de la señora Kaede... Creo que en la región del Norte... Se encuentra el pozo devora almas... Por ese pozo se pasa con un fragmento de la esfera y listo! finalizé sonriendo.
Esta chica había ganado mi confianza al ser de Tokyo también.

_¿Fragmento de la esfera?_ No comprendía absolutamente nada. ¿A qué se refería con esfera o con aldea de kaede?
_Lo lamento, me encuentro un tanto desactualizada..._ No pude llegar a terminar la frase, de repente mis energías regresaron y mis manos comenzaron a echar chispas.
_Lo lamento, suele suceder a veces, no es nada, ya pasará..._
Susurré mientras ocultaba mis manos entre los pliegues de mi kimono.